Sobre lo que es importante a la hora de crecer un negocio digital.
A lo largo de todos estos años, he tenido la suerte de poder trabajar y colaborar en grandes multinacionales como IKEA o Amadeus y no tan grandes como Vaughan, Astex o 3Weeks Consulting, incluso otras en proceso de creación y desarrollo inicial como BeGas Motor o Fundación Contemplare. Además, he tenido la posibilidad de recorrer el camino del emprendimiento junto a grandes amigos y en solitario y, después de todos estos años me siento como el primer día, con unas ganas terribles de aprender.
Vivimos en unos tiempos en los que los avances tecnológicos nos permiten aprender constantemente sobre lo que hacemos de una forma rápida y eficaz, por lo que la idea de aprender haciendo (learning by doing), que empecé a practicar hace muchos años está vigente ahora más que nunca.
¿Y que tiene que ver esto con hacer crecer negocios digitales? Pues para mí todo.
En primer lugar, cuando hablamos de negocios digitales, en mi opinión la actividad de marketing de una forma clarísima se convierte en sinónimo de crecimiento. Da igual que optemos por estrategias de crecimiento orgánicas, más conservadoras y sostenibles, o de pago, mucho más exponenciales. Sin marketing no hay crecimiento. Esto hace que las estrategias de negocio y marketing sean una misma.
Así que, profesionales de marketing poneos las pilas. Pensad qué pasos tenéis que dar para convertiros en verdaderos estrategas de negocio.
En segundo lugar, para convertirnos en grandes profesionales del marketing en contextos de negocio digital creo que hay dar un salto cualitativo.
No sólo se trata de ser experto en el uso de las diferentes disciplinas o técnicas de marketing digital, (seo, sem, email mk. inbound, outbound, contenidos, redes, afiliación, paid, analítica, CRO, UX, etc…). Se trata de tener una actitud diferente, una actitud que te permita poner en práctica todo o parte de ese conocimiento en la búsqueda del aprendizaje. Un aprendizaje rápido y concreto, que no implique mucho riesgo de recursos y tiempo para la empresa y que cuando se consolide, permita apostar a caballo ganador. En definitiva, se trata de buscar una actitud que nos permita trabajar de forma diferente.
Actualmente se habla mucho de la figura del Growth Hacker, que no es más que una persona que tiene conocimientos de marketing (negocio) digital y pone en práctica una forma de trabajar ágil y eficaz para aprender lo más rápido posible sobre diferentes aspectos que pueden dar crecimiento al negocio y los pone en práctica.
En este sentido, hay 2 aspectos, conectados entre sí, que creo importantes y que forman parte de la propia definición del negocio: el producto y el cliente.
¿Y que va antes el huevo o la gallina?
Podemos pensar en tener un producto o servicio buenísimo, invertir en el desarrollo de este muchísimo, pero si no tenemos compradores, dará igual. Debemos tener claro que nuestros productos o servicios tiene mercado suficiente y da igual que optemos por estrategias de nicho (muy interesantes para negocios en fase de lanzamiento) o por estrategias masivas (implican la necesidad de mucha inversión).
Cuando tienes un negocio en marcha en un sector con histórico suficiente esta parte es más sencilla, porque puedes trabajar con los históricos, asumir comportamientos basados en comportamientos actuales, etc…
Aún así tanto para negocios existentes, como para negocios emergentes se pueden aplicar formas de trabajo diferentes, bajo modelos lean, con técnicas ágile testando nuestras ideas de forma sencilla en los actuales compradores o en aquellos que pensamos puedan ser futuros clientes. Es decir, obtenemos aprendizaje rápido aplicado a nuestra realidad y para ellos ponemos en marcha todo nuestro conocimiento en marketing. Y si esto lo hacemos de forma habitual, nos convertimos en una empresa de esas que realmente ponen FOCO EN CLIENTE.
En resumen, más allá de los conocimientos en marketing digital, en mi opinión existen 2 claves para hacer crecer los negocios digitales:
Poner foco en cliente. Generar experiencias de cliente completas, diferenciadoras, basadas en aspectos racionales y emocionales… La experiencia está la marca, en el uso del producto o servicio, en la comunicación, en los empleados, en la atención al cliente, en los pagos, en los cobros, en los canales de distribución…
Facilitar nuevas formas de trabajar más acordes con los tiempos actuales, complejos, muy volátiles y de gran incertidumbre. Formas que nos hagan ganar agilidad, que nos permitan iterar acciones para tener resultados y aprendizajes desde el primer momento sin asumir grandes riesgos. Empezando por el producto.
Bonus track. ¿Y si complementamos lo anterior con otras 2 ideas? ¿Conseguiremos negocios de mucho éxito?
Incorporemos la innovación en los modelos de negocio. Bien por identificar un modelo completamente innovador, o bien por buscar alternativas en algunos o varios de las variables del modelo. Relación con clientes, nuevos flujos de ingresos o gastos, modelos de alianzas, variando los recursos clave sobre los que se sostenta…
Perdamos el miedo a la tecnología. Incorporar tecnología como parte de la estrategia nos ayudará a ponerla en contexto. No se trata sólo de mejorar la gestión de la compañía, o la bbdd de cliente o vender por internet. El dato contribuye de forma extraordinaria a crear y mejorar la experiencia completa de cliente.